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¿Cuáles son los signos de alerta de un Ataque al Corazón?
En los Estados Unidos, la enfermedad coronaria, que incluye el ataque al corazón, causa 1 de cada 7 muertes. Pero muchas de esas muertes se pueden prevenir actuando rápidamente. Cada año, cerca de 700,000 personas en los Estados Unidos tienen un ataque al corazón por primera vez y alrededor de 300,000 tienen un ataque recurrente. Algunos ataques cardíacos son repentinos e intensos. Pero la mayoría comienza lentamente, con un dolor o malestar leve.
Aquí algunos de los signos que nos pueden indicar que estamos sufriendo o vamos a sufrir un ataque al corazón:
Malestar en el pecho. La mayoría de los ataques cardíacos involucran incomodidad en el centro del pecho que dura más de unos pocos minutos o que desaparece y reaparece. Puede sentirse como una presión incómoda, opresión, plenitud o dolor.
Malestar en otras áreas de la parte superior del cuerpo. Los síntomas pueden incluir dolor o incomodidad en uno o ambos brazos, la espalda, el cuello, la mandíbula o el estómago.
Falta de aire. Puede ocurrir con o sin molestias en el pecho.
Otros signos: Estos pueden incluir sudores fríos, náuseas o mareos.
Al igual que en los hombres, el síntoma más común de ataque cardíaco en las mujeres es el dolor o molestia en el pecho. Pero las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de tener otros síntomas comunes, especialmente dificultad para respirar, náuseas/vómitos y dolor de espalda o mandíbula.
¿Cómo actuar ante la posibilidad de un ataque al corazón?
Incluso si no está seguro de que sea un ataque al corazón, llame inmediatamente al 911 o a los servicios médicos de emergencia locales (EMS) como el departamento de bomberos o la ambulancia o pida a alguien que lo lleve al hospital más cercano. Si está teniendo un ataque al corazón, no conduzca usted mismo al hospital, ya que conducir podría ser peligroso para usted y para otros. El personal del EMS puede comenzar el tratamiento cuando lleguen, hasta una hora antes que si alguien llega al hospital en automóvil. Los pacientes con dolor en el pecho que llegan en ambulancia generalmente reciben un tratamiento más rápido en el hospital.
¿Cómo evitar tener un ataque al corazón?
- Don’t smoke, and avoid second-hand smoke.
- Treat high blood pressure if you have it.
- Eat foods that are low in saturated fat, trans fat, sodium (salt) and added sugars..
- Be physically active.
- Reach and maintain a healthy weight.
- Control your blood sugar if you have diabetes.
- Get regular medical check-ups.
- Take medicine as prescribed
Factores de riesgo en enfermedades cardíacas.
Los factores de riesgo de enfermedades cardíacas son características o hábitos que aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle una enfermedad cardíaca. Estos pueden incluir factores como la edad, el género, los antecedentes familiares, el tabaquismo, la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes, la obesidad, el sedentarismo, una mala dieta, el estrés, el consumo de alcohol y la exposición a la contaminación del aire.
Algunos de estos factores de riesgo, como el tabaquismo y el colesterol alto, se pueden controlar mediante cambios en el estilo de vida, mientras que otros, como la edad y los antecedentes familiares, no se pueden controlar. Identificar y controlar los factores de riesgo puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.
Edad: El riesgo de enfermedades del corazón aumenta a medida que las personas envejecen.
Género: Los hombres tienen generalmente un mayor riesgo de enfermedades del corazón que las mujeres, aunque el riesgo de las mujeres aumenta después de la menopausia.
Antecedentes familiares: El riesgo de enfermedades del corazón es mayor si un padre o hermano ha sido diagnosticado con la afección.
Fumar: Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de enfermedades del corazón al dañar el corazón y los vasos sanguíneos.
Presión arterial alta: La hipertensión, o presión arterial alta, ejerce una presión adicional en el corazón y los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a enfermedades del corazón.
Colesterol alto: Los niveles elevados de colesterol en la sangre pueden acumularse en las paredes de las arterias, aumentando el riesgo de enfermedades del corazón.
Diabetes: La diabetes aumenta el riesgo de enfermedades del corazón al dañar los vasos sanguíneos.
Obesidad: El sobrepeso u obesidad aumentan el riesgo de enfermedades del corazón al poner una presión adicional en el corazón y los vasos sanguíneos.
Estilo de vida sedentario: La falta de actividad física aumenta el riesgo de enfermedades del corazón al promover el aumento de peso y la presión arterial alta.
Mala alimentación: Una dieta alta en grasas saturadas, grasas trans, colesterol y sodio puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón.
Estrés: El estrés crónico puede provocar presión arterial alta, obesidad y otros factores de riesgo de enfermedades del corazón.
Consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede provocar presión arterial alta y obesidad
Contaminación del aire: La exposición a largo plazo a la contaminación del aire puede contribuir a las enfermedades del corazón al aumentar la inflamación en el cuerpo.
Índice de Masa Corporal (IMC) Calculador:
El índice de masa corporal (IMC) es una medida del peso de una persona en relación con su altura. Es un cálculo simple que se puede utilizar para indicar si una persona tiene un peso saludable para su altura.
La fórmula para calcular el IMC, en libras y pies, es la siguiente:
IMC = (peso en libras / (altura en pies x 12 + pulgadas)) x 703
Por ejemplo, si alguien mide 5 pies y 6 pulgadas de altura y pesa 150 libras, su IMC sería:
IMC = (150 / (5 x 12 + 6)) x 703 = 24,2
El número resultante se utiliza para determinar la categoría de peso de una persona en función de los siguientes rangos de IMC:
Bajo peso: IMC por debajo de 18,5
Peso normal: IMC entre 18,5 y 24,9
Sobrepeso: IMC entre 25 y 29,9
Obeso: IMC de 30 o superior
Es importante tener en cuenta que aunque el BMI puede ser una herramienta útil para evaluar el peso, no es una medida perfecta de la salud. Otros factores, como la composición corporal, la masa muscular y el estado general de salud, también deben ser considerados.
Calculador Gráfico del IMC:
La fórmula para calcular el IMC (Kg y M) es la siguiente:
IMC = peso (kg) / altura (m)^2
Para calcular el IMC, el peso de una persona en kilogramos se divide por el cuadrado de su altura en metros. Por ejemplo, una persona que pesa 68 kilogramos y mide 1.7 metros de altura tendría un IMC de 23.5, calculado de la siguiente manera:
ICM = 68 / (1.7 x 1.7) = 23.5
Ayuda tu salud cardíaca a través del ejercicio físico:
La actividad física, especialmente el ejercicio aeróbico, puede mejorar la salud del corazón de varias maneras:
Fortalece el músculo cardíaco: El ejercicio regular aumenta la fuerza del músculo cardíaco, permitiéndole bombear más sangre con menos esfuerzo.
Reduce la presión arterial: El ejercicio puede ayudar a reducir la presión arterial, disminuyendo la tensión en el corazón.
Mejora los niveles de colesterol: El ejercicio puede ayudar a aumentar el “colesterol bueno” (HDL) y disminuir el “colesterol malo” (LDL).
Aumenta el flujo sanguíneo: El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo, reduciendo el riesgo de coágulos sanguíneos y mejorando la circulación.
Controla el peso: El ejercicio ayuda a controlar el peso y prevenir la obesidad, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas y otras afecciones relacionadas.
En resumen, la actividad física regular puede mejorar la salud del corazón al reducir los factores de riesgo como la presión arterial alta, el colesterol y el peso, así como fortalecer el músculo cardíaco.
Beneficios de entrenar a bajas temperaturas:
Ejercitarse en clima frío no necesariamente es mejor para la salud del corazón en comparación con hacer ejercicio en otras temperaturas, pero proporciona algunos beneficios adicionales:
El ejercicio en clima frío proporciona algunos beneficios adicionales:
Aumenta el metabolismo: El clima frío puede aumentar la tasa metabólica del cuerpo, ayudando a quemar más calorías durante la actividad física.
Mejora la circulación: El clima frío puede contraer los vasos sanguíneos y mejorar la circulación, proporcionando un ejercicio cardiovascular.
Fortalece la inmunidad: El clima frío también puede fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a prevenir enfermedades, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
Promueve el bienestar mental: Ejercitarse en clima frío puede liberar endorfinas, sustancias químicas naturales que producen una sensación de bienestar en el cerebro, mejorando el bienestar mental.
Es importante tener en cuenta que el ejercicio en clima frío también puede presentar sus propios desafíos, como un mayor riesgo de lesiones e hipotermia, y se recomienda vestirse adecuadamente y tomar las precauciones necesarias al hacer ejercicio en clima frío.
En última instancia, la mejor temperatura para hacer ejercicio depende de la preferencia personal y del tipo de actividad que se realice. Es importante encontrar un ambiente cómodo y seguro para la persona y realizar actividad física regular para mantener la salud del corazón.
¿Qué son las grasas saturadas y cuales son sus riesgos?
Las grasas saturadas son un tipo de grasa que se encuentra en muchos alimentos de origen animal y algunos alimentos de origen vegetal. Se les llama “saturadas” porque son sólidas a temperatura ambiente, a diferencia de las grasas insaturadas que son líquidas a temperatura ambiente. Las grasas saturadas se encuentran en productos animales como carne, mantequilla, queso y crema, así como en algunos aceites de origen vegetal como el aceite de coco y el aceite de palma.
Una dieta alta en grasas saturadas puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón. Las grasas saturadas pueden aumentar los niveles de colesterol LDL (malo) en la sangre, lo que puede acumularse en las paredes de las arterias y formar placa. Esta acumulación de placa puede estrechar las arterias y aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos, lo que puede provocar un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Las grasas saturadas también pueden aumentar la inflamación en el cuerpo, lo que es otro factor de riesgo para enfermedades del corazón.
Es importante tener en cuenta que no todas las grasas saturadas son iguales y algunas fuentes de grasas saturadas pueden ser más saludables que otras. Por ejemplo, las grasas saturadas que se encuentran en fuentes vegetales como el aceite de coco y el aceite de palma pueden tener efectos diferentes en los niveles de colesterol que las que se encuentran en fuentes animales. Además, la evidencia científica más reciente sugiere que reemplazar las grasas saturadas con carbohidratos refinados no necesariamente reduce el riesgo de enfermedades del corazón.
Maneras de evitar las grasas saturadas:
Elige cortes magros de carne, como pechuga de pollo o pavo, y recorta cualquier grasa visible.
Opta por fuentes de proteína de origen vegetal, como frijoles, lentejas y tofu.
Utiliza métodos de cocción saludables, como asar a la parrilla, hornear o saltear, en lugar de freír en aceite profundo o en sartén.
Incorpora más frutas, verduras y granos enteros en tu dieta. Estos alimentos son naturalmente bajos en grasas saturadas.
Limita tu consumo de alimentos procesados, como comida rápida, alimentos para picar y comidas congeladas, ya que a menudo contienen altos niveles de grasas saturadas.
Usa grasas saludables, como aceite de oliva, aguacate, nueces y semillas, en lugar de mantequilla u otras grasas saturadas.
Lee las etiquetas de los alimentos y elige alimentos bajos en grasas saturadas.
Evita consumir productos lácteos enteros y opta por alternativas lácteas bajas en grasas, como leche desnatada o leche no láctea.
Recuerda que incluso si estás comiendo saludable, es importante vigilar tus porciones, la ingesta total de calorías y no eliminar completamente ningún macronutriente.
Nutrición para un corazón sano:
Una dieta saludable es esencial para mantener un corazón saludable. Si bien factores como la genética y los hábitos de vida pueden desempeñar un papel en la salud del corazón, una dieta equilibrada y nutritiva es una de las formas más importantes de apoyar un corazón saludable.
Una dieta saludable para el corazón debería incluir una variedad de alimentos integrales, mínimamente procesados, que sean ricos en macronutrientes como carbohidratos, proteínas y grasas, así como en micronutrientes como vitaminas, minerales y oligoelementos. Además, los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en pescados grasos y fuentes vegetales pueden proporcionar importantes beneficios para la salud del corazón. Al hacer cambios pequeños pero significativos en nuestra dieta, podemos ayudar a mantener un corazón saludable y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Macronutrientes:
Carbohidratos: Los granos enteros, frutas, verduras y legumbres son buenas fuentes de carbohidratos que pueden proporcionar fibra y otros nutrientes importantes para la salud del corazón.
Proteínas: Las fuentes de proteínas magras como pollo, pescado, legumbres y nueces pueden ayudar a mantener la salud del corazón.
Grasas: Las grasas insaturadas como las que se encuentran en las nueces, semillas, aguacates y aceite de oliva pueden ayudar a mejorar los niveles de colesterol y reducir la inflamación.
Micronutrientes:
Vitaminas:
Las vitaminas son nutrientes esenciales que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para funcionar correctamente. Existen 13 vitaminas esenciales para la salud humana, incluyendo las vitaminas A, C, D, E, K y las vitaminas del complejo B (tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico, biotina, vitamina B6, vitamina B12 y ácido fólico).
Aquí hay algunos ejemplos de cómo vitaminas específicas pueden ayudar a mantener un corazón sano:
Vitamina A: Esta vitamina es importante para mantener una visión saludable, la función inmunológica y la salud de la piel. También tiene propiedades antioxidantes que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, que es un factor de riesgo para la enfermedad cardíaca. Puedes encontrar vitamina A en alimentos como batatas, zanahorias, verduras de hojas oscuras y hígado.
Vitamina C: Esta vitamina es importante para la función inmunológica y la síntesis de colágeno, que es necesario para mantener vasos sanguíneos saludables. También tiene propiedades antioxidantes que pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo y la inflamación en el cuerpo. Puedes encontrar vitamina C en alimentos como frutas cítricas, fresas, kiwi, brócoli, pimientos y tomates.
Vitamina D: Esta vitamina es esencial para huesos fuertes, pero también puede jugar un papel en la reducción del riesgo de enfermedad cardíaca. Buenas fuentes de vitamina D incluyen pescado graso, yema de huevo y alimentos fortificados como la leche y los cereales. Tu cuerpo puede producir vitamina D cuando tu piel está expuesta a la luz solar, pero también puedes encontrarla en alimentos como pescado graso, yema de huevo y alimentos fortificados como la leche y los cereales.
Vitamina E: Esta vitamina tiene propiedades antioxidantes que pueden ayudar a reducir la inflamación y el estrés oxidativo en el cuerpo, que son factores de riesgo para la enfermedad cardíaca. También puede ayudar a mejorar los niveles de colesterol. Puedes encontrar vitamina E en alimentos como almendras, semillas de girasol, avellanas, aguacate y verduras de hojas verdes.
Vitaminas B: Las vitaminas B desempeñan un papel crítico en el metabolismo de la energía y pueden ayudar a reducir los niveles de homocisteína, un aminoácido que se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. Puedes encontrar vitaminas B en una variedad de alimentos, incluyendo cereales integrales, verduras de hojas verdes, nueces, semillas, carne, pescado y productos lácteos.
Minerales:
Los minerales son nutrientes esenciales que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para mantener una salud óptima. Son importantes para mantener una presión arterial saludable y un ritmo cardíaco normal.
Magnesio: Este mineral es importante para mantener una presión arterial saludable y el ritmo cardíaco. Buenas fuentes de magnesio incluyen verduras de hojas verdes, nueces, semillas y cereales integrales.
Hierro: Este mineral es importante para transportar el oxígeno en la sangre, pero demasiado hierro puede ser perjudicial. Buenas fuentes de hierro incluyen carne roja, aves de corral y cereales fortificados.
Calcio: Este mineral es importante para unos huesos fuertes, pero también juega un papel en la contracción muscular y la función de los vasos sanguíneos. Buenas fuentes de calcio incluyen productos lácteos, verduras de hojas verdes y alimentos fortificados como el jugo de naranja.
Potasio: Este mineral es importante para mantener una presión arterial saludable y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Buenas fuentes de potasio incluyen plátanos, batatas y espinacas.
Sodio: Si bien el sodio es un mineral importante, consumir demasiado puede aumentar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Para reducir la ingesta de sodio, limite los alimentos procesados y envasados y trate de consumir menos de 2.300 miligramos por día.
Oligoelementos:
Los oligoelementos son minerales que se requieren en cantidades muy pequeñas en nuestra dieta, pero son esenciales para nuestra salud y bienestar en general. Aunque solo se necesitan en cantidades pequeñas, desempeñan roles importantes en muchos procesos fisiológicos en el cuerpo, incluyendo el apoyo a un corazón saludable.
Zinc: Este mineral es importante para la función inmunológica, pero también puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la salud del corazón. Buenas fuentes de zinc incluyen ostras, carne de res y semillas de calabaza.
Cobre: Este mineral es importante para el metabolismo del hierro y también puede ayudar a reducir la inflamación. Buenas fuentes de cobre incluyen hígado, mariscos y nueces.
Selenio: Este mineral es importante para la función antioxidante y también puede ayudar a mejorar la salud del corazón. Buenas fuentes de selenio incluyen nueces de Brasil, atún y huevos.
Chromium: Este elemento traza está involucrado en el metabolismo de carbohidratos y lípidos, y puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina. Buenas fuentes de cromo incluyen granos enteros, brócoli y nueces.
Manganese: Este elemento traza es importante para la salud ósea y también puede ayudar a reducir la inflamación. Buenas fuentes de manganeso incluyen nueces, granos enteros y verduras de hoja verde.
Yodo: Este elemento traza es importante para la función tiroidea y también puede ayudar a regular la presión arterial. Buenas fuentes de yodo incluyen algas marinas, productos lácteos y sal yodada.
Ácidos Grasos: Omega-3
Los ácidos grasos Omega-3 son un tipo de grasa poliinsaturada que es importante para la salud en general, incluyendo la salud del corazón. Son ácidos grasos esenciales, lo que significa que el cuerpo no puede producirlos por sí solo y deben obtenerse a través de la dieta.
Se pueden encontrar en pescados grasos como el salmón y fuentes vegetales como semillas de lino y nueces.
Se ha demostrado que los ácidos grasos Omega-3 tienen una serie de beneficios para la salud, incluyendo:
Reducir la inflamación: Se piensa que la inflamación crónica contribuye a muchas enfermedades crónicas, incluyendo la enfermedad cardíaca. Los omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo.
Mejorar los niveles de colesterol: Los omega-3 pueden ayudar a disminuir los triglicéridos y aumentar los niveles de colesterol HDL (o “bueno”), lo que puede ayudar a mejorar los niveles de colesterol en general.
Bajar la presión arterial: Los omega-3 pueden ayudar a reducir la presión arterial, que es un importante factor de riesgo para la enfermedad cardíaca.
Reducir el riesgo de enfermedad cardíaca: Varios estudios han demostrado que consumir omega-3 puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca, incluyendo ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Es importante tener en cuenta que una dieta equilibrada rica en alimentos enteros y mínimamente procesados es la mejor manera de asegurarse de que se está obteniendo todos los nutrientes necesarios para la salud del corazón. Además, la actividad física regular, el manejo del estrés y evitar fumar pueden ayudar a apoyar un corazón saludable. Si tiene preocupaciones acerca de su salud del corazón, hable con su médico o un dietista registrado.